Esos pequeños placeres...
Que pena me da cuando voy con unos amiguetes a algún restaurante o comemos todos juntos en casa de alguién y llega ese terrible momento de ponerse de acuerdo cuando vamos a hacer la comida. Es curioso ver a la gente escogiendo las comidas. A mi la verdad es que me gusta todo, es cierto que intento no comer demasiadas grasas pero en general como de todo y no suelo poner grandes pegas, pero me da pena y cada vez me gusta menos comer con más gente por este motivo porque cada vez hay menos personas con las que se puede tener una comida agradable ya que comen de todo.
Pues si, hoy voy a escribir sobre la comida. En mi última estancia a Granada me hice, por fin, con tres grandes especias que ya conocía pero que no tenía en mi casa aún. El Curry, el te verde y el te negro. El curry es increíble, me encanta, que bien huele y que bien sabe! Ideal para mezclar con arroz y pollo, pero en general con casi todo tipo de carnes e incluso con macarrones y espaguetis, que aroma le da a la comida, e incluso que color! Una maravilla, lo mejor de la comida hindu junto con la salsa corma: una deliciosa salsa de coco que esta para chuparse los dedos.
Hace ya años que me aficioné al te, me gusta casi tanto como un buen café. El te rojo es que el que menos me gusta, tiene un sabor muy especial, no me acaba de entrar tanto como el te negro y el te verde. El te verde es perfecto para mezclarlo con hierbabuena o menta y un chorrito de limón y si en verano picas un poquito de hielo te haces un granizado de te moruno que refresca mas que uno que ya refrescaba ya mucho, pero es que incluso caliente refreca un montón. El te negro es distinto, es también fuerte como el verde (el rojo es mas suave) pero me encanta mezclarlo con canela y si lo tomo con leche rollo pakistani es tremendo, porque la leche suaviza el sabor pero al estar mezclado con la canela el resultado es perfecto.
Lo que me conocen bastant sabrán que últimamene me he enamorado por completo de la comida japonesa, ha sido amor a primera vista. En especial del sushi (con su variedad de makis) y del sashimi, y de ese alga tan genuina y riquisima al mezclar con salsa agria, que ahora no recuerdo como se llama. El sushi y el maki es una comida especial, algo asi como Opeth que o te encanta o los aborreces. Visualmente es muy elaborada, especialmente el maki, complejo, organziado, empaquetado... como si fuera un regalo, con una mezcla de colores blanco, negro y verde, rojo o amarillo dependiendo de que sea el maki. Y sin embargo el sushi es minimalista a tope. El sabor del sushi es espectacular, es uan comida con mucho aroma, ya que el washabi y la salsa de soja son dos elementos muy aromaticos ademas de sabrosos que le imprimen una dósis fuerte de sabor al casi siempre insipido arroz, auqnue en este caso ela rroz ya viene aderezado con vinagre de arroz (o era de soja?), sal, azucar y limon, como si deun caramelo se tratase. Y por último el jengibre, que te quita siempre algo de picor del washabi y te limpia las impurezas que puedan existir. Desde uego que comer sushi y sashimi es toda una religión.
Y del Oriente pasemos a la cultura de nuestra casa, a dos elementos que para mi resurgen cada día con más fuerzas. Hoy en día admito que tanto el pisto como la tortilla de patatas y cebolla (si, soy pro-cebollista) son dos de mis comidas preferidas y si a la tortilla le echamos pisto pues ya es para mear y no echar gota.
Comer es uno de los mejores placeres que hay, sin lugar a dudas.